A
ratos, la mirada de doña Elisa se extravía hacia
el pasado, rememorando los buenos tiempos. La vieja está
cansada de estar viva y por ello detesta a sus dos sirvientas,
quienes la obligan a volver a una realidad que ella percibe con
sorprendente lucidez. Todos sus seres queridos han muerto y lo
sabe. Los que la rodean codician su dinero y también lo
sabe. En su demencia, Elisa percibe las emociones de su nieto
Andrés y no duda en ridiculizarlo y aclararle que Estela
pertenece a "otra" clase.
Mario
está cansado de ser pobre. La opulencia de la mansión
çbalos contrasta con la población en la que vive allegado.
Su medio hermano René (Luis Dubó), delincuente habitual,
lo instiga a aprovechar la situación de descontrol de la
casa para ingresar en ella y robar las joyas y objetos de plata
y marfil que abundan en el interior. profundamente enamorada de
Mario, la joven estela acepta colaborar en el proyectado delito.
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Para
la celebración de Santo de doña Elisa, las viejas
empleadas preparan grandes cantidades de sofisticadas comidas
y licores. Sin embargo, nadie llega. La existencia de la que fuera
una importante dama de la sociedad de Santiago, ha dejado de ser
relevante para todos. Esa misma noche, mientras los delincuentes
ingresan a la casona por el enmohecido portón principal
que estela les ha dejado abierto, un alcoholizado Andrés
decidirá poner fin a su angustia e intentará satisfacer
la pasión que ya no puede controlar...
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